Hoy
ha nevado. Es finales de febrero, pero por estas latitudes el
invierno es largo.
Había
pensado hablar un poco de cuál creo yo es la diferencia entre el
amor y la obsesión, centrándome en la psicología de esas
relaciones o vínculos destructivos que se crean entre los individuos
y que a veces se confunden con el amor.
Hubiese
empezado con una cancioncilla, igual de Los Rodríguez, probablemente
con la pegadiza “soy el
remedio sin receta y tu amor mi enfermedad“
[http://www.youtube.com/watch?v=cvrXUWDeLTo ]. Quizá luego
hubiese pasado a mencionar a Gabriel García Márquez y su
maravillosa novela “El amor en los tiempos del cólera“, en
la que se dice que los enfermos de cólera y los enamorados
compartían los mismos síntomas. Pudiese incluso haberme remontado a
la literatura griega (e.g. véase el documento escrito por Miguel A.
Márquez Guerrero de la universidad de Huelva, en dónde se toca
ampliamente el tópico del amor como enfermedad psíquica y
física: amor-locura (profética, ritual,poética y/o erótica), amor-herida;
http://www.uhu.es/miguel.marquez/publicaciones/enfermedad.pdf ).
Sin
embargo, ayer ocurrió algo que no me deja concentrarme en otros
tópicos, que yo encuentro a la vez denunciable y extraño. Ayer
presencié, que el proyecto de integración en Suecia no ha
funcionado, ¿o me equivoco?¿No es una de las principales
doctrinas y objetivos en este país luchar contra la
segregación étnica? Si esto es cierto, entonces me encuentro
confundida ante lo que observé. Ayer hice una substitución en
un colegio, no mencionaré nombres por discreción, y me
sorprendió la poca cantidad de niños suecos de etnia blanca
presentes. En mis tres clases, uno o ninguno, que son las mismas veces
que yo he ido a Nueva York. Pero, ¿dónde estaban pues los
niños de este tipo de etnia? ¿No suponen un gran porcentaje de
la población aquí en Estocolmo? Y entonces, por pura
estadística, ¿no debería haber un grupo de chicos de estas
características sentados en las aulas? La verdad es que me
sorprendió, no el hecho de que estuviese en una clase con una gran
riqueza cultural, sino la total ausencia de un tipo de etnia en
particular. ¿Significa eso que el programa de integración
sueco no está funcionando? ¿Puede interpretarse lo que yo viví
ayer como que en Estocolmo sí que hay segregación y que la
convivencia de todas las culturas y etnias presentes en la sociedad
sueca no está teniendo lugar en el día a día, en las escuelas
suecas? Yo prefiero no creer esto. Sólo tengo un dato, lo que yo vi
ayer, y por lo tanto como buena científica debería ser escéptica y
cauta antes de trazar conclusiones generalistas, de extrapolar datos.
Sin embargo, mi experiencia de ayer fue reveladora para mí,
totalmente desconocedora de lo que está pasando a día de hoy en la
escuela sueca, y puede que refleje una realidad no publicitada
(por tabú) pero latente.
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